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Ganador de 2º de ESO A.

Si estáis buscando aprender matemáticas o verbos de inglés, abandona esta historia enseguida. Pero si por el contrario pretendéis pasar un rato entretenido escuchando las grandes aventuras en las que he estado involucrado, te aconsejo quedarte.

Yo era un simple marinero que había naufragado en la isla Tortuga, y que cuando estaba a punto de dejar esta vida, vislumbré una isla, la cual se llama Isla Pingüino. Nada mas saber que aquella era la isla que tenía dibujada en el mapa que me dio mi padre antes de su accidente, hice un último esfuerzo y me dirigí hacia ella con una simple tabla que había quedado del antiguo barco.

Nada mas llegar a la orilla de aquella paradisíaca isla, me dirigí hacia la frondosa jungla que se situaba al sureste de aquel lugar. Allí había grandes árboles que medían más que toda mi antigua tripulación juntos (de la cual no queda nadie con vida).

No pude quedarme a admirar los árboles, porque de la nada apareció un tigre. Intente defenderme de él pero no pude, me empujó contra uno de los grandes árboles, y justo cuando se abalanzó sobre mí, una lanza de madera le dio en la garganta.

Entonces descubrí que la autora de aquel suceso era una chica, que más adelante supe que se llamaba Allegra.

Al levantarme me explicó que estaba huyendo de la tribu Punset, la cual estaba liderada por el temible Gonzo Punset. Esta conversación no duró mucho porque teníamos a la tribu Punset pisándonos los talones. Corrimos como nunca he corrido en mi vida. Llegamos a unas ruinas, las cuales estaban bastante deterioradas, llevarían años allí.

Creíamos que habíamos despistado a la tribu Punset, pero oímos un ruido detrás de las ruinas. Fuimos a observar y vimos la figura de un hombre comiéndose un reno muerto, nada mas oírnos salió corriendo. Tras aquel hecho quedamos anonadados, y nos planteamos quien podría ser aquel terrible monstruo.

Le enseñé el mapa a Allegra, y decidimos seguir el camino hacia la ribera del río Potasio.

Al llegar a la ribera del río Potasio divisamos un cuerpo, el cual lo reconocí enseguida, era el cuerpo de mi compañera de tripulación, Isabel Bräh. Intentamos reanimarla, al cabo de varios intentos despertó. Me contó todo lo que había luchado para llegar a la orilla de río. Y después de hablar largo y tendido nos dirigimos al volcán del dios Symphony.

Por el camino le contamos a Isabel que vimos a un ser extraño comiéndose a un reno muerto. Ella reaccionó muy asqueada y triste a la vez. Al llegar al volcán recordé la leyenda que me contó mi padre sobre Symphony. Symphony, era el ser que destruía toda la felicidad que encontraba a su paso. Pero un día el héroe Patricio Mandarina lo derrotó, encerrando su alma en ese volcán. Prueba de ello es que al llegar allí oímos una voz aguda y estridente que decía: ¡Iros de aquí si no queréis perder la vida! Acto seguido salió del volcán lava a propulsión, intentamos huir de la lava, pero en un momento en el cual la lava nos tenía en terrible tensión, apareció el legendario Patricio Mandarina que, por segunda vez, se encargó de retener el oscuro poder de Symphony.

Al cabo de poco más de una hora, llegamos al siguiente punto del mapa: La ardiente montaña nevada.

Allí, hacía un calor horrible. Nos sentimos obligados a quitarnos prendas, hasta quedarnos en ropa interior. Tras ver a las dos chicas prácticamente desnudas, sentí muchísima vergüenza aunque más tarde me acostumbré. Comenzamos a caminar por los senderos cubiertos de nieve, cuando Isabel empezó a hablar conmigo. Entonces, noté como aquella conversación se empezaba a tornar un poco más personal, y en un tono dulce. En un momento de la conversación, acercó su boca a la mía y nos besamos apasionadamente. Pero Allegra nos interrumpió para indicarnos que aproximadamente a unos 50 metros de distancia se divisaba una figura distorsionada por el calor. Tras acercarnos descubrimos que se trataba del infame explorador Julio Rambaud, que llevaba años aislado en la isla. Le contamos lo del mapa del tesoro y se volvió loco, dijo que llevaba años buscando el tesoro y por eso se quedó atrapado en la isla. Intentó arrebatarnos el mapa, pero no lo consiguió.

Al cabo de un rato charlando con él, acordamos en que nos ayudaría a encontrar el tesoro a cambio de que le diéramos el 10%.

Nos fuimos a descansar a la cabaña que tenía Julio en la montaña, y al día siguiente ya estábamos listos para ir a nuestro siguiente destino: El Valle Rocoso.

Al llegar nos quedamos todos atónitos, ¡la montaña estaba dividida por la mitad! No tuvimos otra opción que pasar por ese "valle rocoso" de ahí el nombre. Pero como en las 5 veces anteriores, no tuvimos tiempo para pasar por un lugar en paz, porque empezaron a caer rocas de ambos lados de las montañas, nos apresuramos para cruzarla lo más rápido que pudimos, cada piedra que pasaba delante nuestra nos hacía parar y dejar que cruzara, pero en una ocasión una piedra hirió a Julio en el pie, lo que hizo que intentáramos salir de allí con más rapidez. Al salir de aquel infierno rocoso le revisamos el pie a Julio, estaba muy herido, pero se empeño a seguir con el viaje.

Después de intentar curar el pie a Julio, nos dispusimos a terminar nuestro viaje y llegar al tesoro. Solo nos faltaba una localización, el centro de la isla.

Llegamos hasta el río Potasio de nuevo, Julio nos enseño un camino por el cual el agua no estaba tan profunda y cruzamos el río. Pero al llegar vimos una barca en la orilla del río, parecía que alguien había pasado por allí antes.

Al llegar al lugar marcado con una equis, vimos que alguien había estado cavando en busca del tesoro. Unos trozos de arena se levantaron del suelo, ¡alguien estaba cavando allí!, nos escondimos para ver quién era. De repente un cofre se alzó del suelo, y con él, un hombre, tenía la misma figura que aquel hombre que estaba comiéndose el pobre reno. Pero al darse la vuelta vi el rostro de ese hombre, y no me lo pude creer, era mi padre.

Sin pensarlo dos veces, salí a hablar con él pero no parecía el mismo, me apartó de un golpe y comenzó a abrir el cofre del tesoro que tanto ansiábamos. Justo antes de terminar de abrirlo, se detuvo y salió corriendo, Allegra salió tras él y lo atrapó, pero mi padre se levanto y comenzó a pelear contra Allegra. Fuimos todos a ayudarla, pero antes de que pudiéramos hacer nada, mi padre me miró a los ojos y se tiró por el acantilado.

Contemplé como mi padre se destrozaba contra el suelo, comencé a llorar. Mientras tanto, Julio que se quedó al lado del cofre lo abrió y encontró una nota, avisó a todos y empezó a leerla en voz alta:

Querido Arkham:

Si estás leyendo esto significa que estoy muerto. Arkham, hace 10 años te entregue un mapa, ese mapa me lo dio un viejo loco, a él cuál gané a una partida al póker. Ahora te preguntaras muchas cosas. ¿Por qué me has mandado esta isla? ¿Cómo es que no estábas muerto? todas serán respondidas en esta carta.

Empecemos por el principio. Te di este mapa porque sabía que ibas a encontrar la isla,  confiaba en ti para este trabajo. Me hice una réplica del mismo mapa para venir yo a por él, y encontrarte aquí, el tesoro real esta escondido en esta misma isla. Al final de esta carta tendrás las indicaciones de cómo encontrar el verdadero tesoro.

Llevo esperando 10 años a que vinieras a la isla, sabía que pasarías por las ruinas, así que mate a un reno y lo utilicé para llamarte la atención, no quería hacerlo pero era lo único que se me ocurrió en ese momento.

La razón por la que me he suicidado es que quiero que tú sigas lo que empecé, encuentra el tesoro. Pensarás que es una tontería cambiar la localización del tesoro, pero todo tiene su explicación. La tribu Punset sabe donde esta el tesoro entonces lo he escondido en un lugar el cual no lo encontrarán jamás.

Así que, encuentra el tesoro y termina lo que empecé.

Att: Tu padre, Adrián.

Tras leer la carta, nos dispusimos a buscar el tesoro real, el cual se indicaba en la última parte de la carta en un nuevo mapa. Llegamos a donde se marcaba la equis, cavamos con las mismas palas que mi padre excavó su propio cofre y encontramos el tesoro. Ya era nuestro, todas las joyas eran nuestras. Volvimos a el lugar en el que yacía mi padre, le hicimos una tumba y enterramos el cuerpo junto a las joyas del tesoro, pero Julio se quedó con su 10%.

Luego de esta aventura solo nos quedaba una cosa por hacer, salir de esa maldita isla, pero eso ya es otra historia

FIN

el viaje de arkham