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Este 16 de noviembre es el Día del Flamenco, que se celebra en esta señalada fecha para conmemorar el día en que la Unesco reconoció al arte jondo, en 2010, como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Lo más apropiado es asistir a una representación de flamenco para celebrarlo. Hoy podemos hacerlo en el recreo, en el patio al lado del aula música. Se leerá un manifiesto, se bailará por bulerías y se cantará “La Tarara”; que se trata de una composición que Federico García Lorca realizó a partir de varias canciones infantiles castellanas. Nos habla de una mujer loca que se pasea por los campos, bailando; de hecho, la misma palabra “tarara” significa “de poco juicio”. Luego a 4ª y 5ª hora podemos asistir en el salón de actos del Pinar a un encuentro con los diferentes “Palos del Flamenco”.

Se cree que el flamenco surgió a finales del siglo XVIII en las ciudades y campos de la baja Andalucía. Los primeros vestigios escritos de este arte los encontramos, más tarde, en Jerez de la Frontera.

Existen muchos palos diferentes; soleá, alegría, tarantos, seguiriya, farruca, fandangos de Huelva, tientos, caña, etc. La bulería es otro palo, quizá el palo más difícil del flamenco. El fandango es el más antiguo del flamenco, ya que era el más conocido en el siglo XVII, aunque ha ido evolucionando con la incorporación de baile e instrumentos musicales. La Rumba es la base rítmica de “Entre dos aguas” (1973), este tema lo popularizó Paco de Lucía y revolucionó el flamenco. También recordaremos “La Leyenda del tiempo” con “Camarón”, a “La Paquera de Jerez”, a “Niña de los Penes”, “Antonio Mairena”, “Fosforito”, etc. Es ahora, pleno siglo XXI, cuando las mujeres no tienen que esconderse en casa y comienzan a ocupar el lugar que les corresponde en el flamenco… Lugar al que llegan con fuerza gente joven como María Terremoto, Lela Soto o Rosalía Vila al cante; Belén Novelli o Antonia Jiménez al toque; y Carmen Ruiz o Rosana Aguilar al baile.

Os dejamos con el vídeo de Entre dos aguas de 1973, todavía no se había incorporado el cajón flamenco. El cajón lo incorpora Paco en 1977, y lo trae de Perú (le parece su sonido más sobrio que el de los bongos o las congas o la batería, le suena parecido al sonido de los tacones de los bailaores y las bailaoras).