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Según el diccionario de la lengua española, feminismo es el movimiento que lucha por el principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre. Como estoy a favor de la igualdad soy feminista (pienso, luego soy). Y quiero para las mujeres del mundo lo mejor, y lo mejor pasa por la igualdad y la libertad. Libertad para elegir y libertad para equivocarse. La libertad necesita de la igualdad. Vamos a por la igualdad real, tod@s y tod@s junt@s.

 

En esta semana de mujeres, quiero que se vean, que se sientan. Muchas luchan, muchas trabajan, muchas hablan, muchas escuchan, muchas de ellas sufren y todas SON. No podemos obviar esta maldita costumbre que tenemos de sentirlas inferiores, serviciales, menos fuertes y válidas, de tratarlas con desprecio, ninguneándolas y explotándolas. Hay casos en los que es la propia mujer la que se menosprecia. Nadie tendría que sentirse así.

La desigualdad existe hoy, como siempre, y todo apunta a que seguirá existiendo. El camino puede ser la educación, la palabra y el ejemplo. No permitir malas conductas y comentarios machistas. Cortarlas en el momento que se producen y hacerlas visibles y palpables en cualquier lugar, en cualquier situación. Explicar con las palabras y con los hechos que el machismo es retrógrado y casposo.

Parece que todo esto lo sabemos, que está claro, que bueno... le pasa a otr@s, que no va con nosotr@s. En nuestra sociedad no debemos permitir  la intolerancia, el machismo, y tampoco la desigualdad. Esto suena bien, pero la realidad es la que es, las mujeres están en desigualdad con los hombres. Trabajan más y ganan menos, el salario medio anual de una mujer es un 22% más bajo que el de un hombre (aquí, en otros sitios da susto imaginar como estarán). Las mujeres sin recursos sufren una doble discriminación a causa de su género y de su nulo poder adquisitivo. Las tareas del hogar se reparten también de forma poco equitativa. En cuestiones de conciliación también se aprecia desigualdad de género. La sociedad sigue asociando roles a niños y niñas.; los chicos son fuertes e independientes, y ellas son vulnerables y deben ser protegidas. Hay conductas que no son válidas si eres una niña. A cada género se le presupone un determinado comportamiento. La sociedad espera una forma de ser (hay que tener cuidado con esto nos dicen desde muchos observatorios relacionados con la educación).

Educar en igualdad de género en la infancia para prevenir la desigualdad en el futuro. Parece una idea extremadamente lógica, pero entonces… ¿por qué seguimos perpetuando los estereotipos de género en vez de fomentar la igualdad entre niños y niñas?

Buscando en la red doy con muchos poemas silenciados por el machismo. Este es de Daisy Zamora (Managua, Nicaragua, 1950), excelente poeta que intentaron acallar. 

 

Cuando las veo pasar alguna vez me digo: qué sentirán

ellas, las que decidieron ser perfectas conservar a toda costa

sus matrimonios no importa cómo les haya resultado el marido

(parrandero mujeriego jugador pendenciero

gritón violento penqueador lunático raro algo anormal

neurótico temático de plano insoportable

dundeco mortalmente aburrido bruto insensible desaseado

ególatra ambicioso desleal politiquero ladrón traidor mentiroso

violador de las hijas verdugo de los hijos emperador de la casa

tirano en todas partes) pero ellas se aguantaron

y sólo Dios que está allá arriba sabe lo que sufrieron.

 

Cuando las veo pasar tan dignas y envejecidas,

los hijos las hijas ya se han ido en la casa sólo ellas han quedado

con ese hombre que alguna vez quisieron (tal vez ya se calmó

no bebe apenas habla se mantiene sentado frente al televisor

anda en chancletas bosteza se duerme ronca se levanta temprano

está achacoso cegato inofensivo casi niño) me pregunto:

 

¿Se atreverán a imaginarse viudas, a soñar alguna noche

que son libres

y que vuelven por fin sin culpas a la vida?

 

¡VIVA LA MUJER VIVA!