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DAMON GALGUT Y LA LITERATURA SUDAFRICANA
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- Escrito por Charo Calvellido
- Categoría: Biblioteca al habla ...
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Gran parte de mi infelicidad desapareció cuando, por fin, tuve un lugar y sentí que era el propio.
D. GALGUT
Dedicamos el mes de noviembre desde nuestro Club de Lectura Ítaca al libro La promesa (Barcelona, Libros del Asteroide, 2021), del autor sudafricano Damon Galgut de quien hacemos este pequeño perfil, con idea de conocer algo más de su personalidad e intereses.
Nacido en Pretoria en 1963, proviene de una familia de juristas y el oficio de escribir le viene desde la niñez, pues comenzó a hacerlo estando convaleciente en hospitales por una grave enfermedad. Publicó su primera novela, El hermoso chillido de los cerdos, en 1991, tenía 17 años y se trata de una historia donde el personaje principal quiere encontrar su lugar en el mundo en un país de difícil desarrollo. Su afición al teatro, también escribe drama, le llevó a estudiar Arte Dramático en Ciudad del Cabo, donde reside actualmente.
Add a commentEL CORO DE LOS QUE CALLAN
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- Escrito por Charo Calvellido, Nophar, Irene Vallejo,
- Categoría: Y tú, ¿qué opinas? ...
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IMAGEN: El GRITO, E. MUNCH, 1893
El próximo martes, 28 de octubre, bajo el lema Sandra, no te olvidamos, el sindicato de estudiantes ha convocado una huelga en toda España para decir Basta ya de Bullying y de discursos de odio.
Tras la lectura en clase de Lengua del artículo de Irene Vallejo, La balada del gallo triste, se le propuso al alumnado realizar un comentario de texto del mismo y finalmente escribir un texto argumentativo acerca del tema tratado en él: el acoso escolar.
Compartimos desde nuestra revista el artículo escrito por una de las alumnas.
Compartimos también enlace al artículo completo de Irene Vallejo.
Rechazamos fervientemente toda forma de violencia en general y de esta en particular.
NO AL ACOSO ESCOLAR
Add a commentLa emoción y el asombro
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- Escrito por David Collis
- Categoría: Pensando en verde ...
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Se dice el caminante que la emoción es una traviesa paseriforme que en ocasiones le asalta en el camino, juguetea momentáneamente con él y desaparece, dejando en su alma un poso de alegría. Esa emoción suele llegar de la mano del asombro y entonces ambos, emoción y asombro, liberan bruscamente una energía, a modo de resorte, para desplazar al caminante, como si de un peso muerto se tratara, a un lugar donde nunca estuvo y desde donde, tal vez, jamás regrese.
Sucedió así una tarde de finales de agosto en que el levante azotaba con desmedida fuerza la costa del Estrecho. El caminante había salido a pasear para aliviar el aturdimiento en que lo tenían sumido el viento y el calor. Con ese tiempo, a pesar de que llevaba las cámaras y los prismáticos, no esperaba encontrar muchos pájaros en las proximidades de la laguna; por eso le sorprendió ver, repartida por los campos de labranza, una inusitada cantidad de aves esa tarde; estaban todas ellas en el suelo, inmóviles, mimetizadas con los terrones de tierra parda, compacta y seca del período estival.
Add a commentSTEPHAN ZWEIG (1881- 1942): EL HOMBRE QUE NO QUISO ESPERAR
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- Escrito por Charo Calvellido
- Categoría: Biblioteca al habla ...
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Soy un soñador y tan poco apto para la vida real que preciso volver a vivir momentos tan felices como este: Soñaré con usted la semana entera, el año entero. Soñaré con usted la vida entera.
NOCHES BLANCAS (1948), FEDOR DOSTOIEVSKI
La cita, del escritor ruso Fedor Dostoievski, pertenece a una narración corta escrita en primera persona en la voz de un joven que vive en San Petersburgo, donde se cuenta el amor desdichado de este hacia una mujer que no le corresponde. El personaje, todo un soñador, vive en soledad el rechazo de la joven y analiza su propia dependencia de ella como algo inalcanzable, pero que le permite soñar y continuar con la añoranza a pesar de la desilusión y la posterior pérdida.
Add a commentLos tres príncipes de Serendip
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- Escrito por David Collis
- Categoría: Pensando en verde ...
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La tarde en que el caminante tuvo su encuentro con la cigüeña negra había ido a la laguna para fotografiar garzas reales acompañado de un amigo. Estaba habituado a ver por la zona garzas reales, en la marisma, en los arrozales, sobre las copas de los árboles próximos a los humedales…Ocasionalmente las había encontrado en mitad de un bando de flamencos o junto a otras ardeidas como las garcillas o las garcetas; pero casi siempre las encontraba en soledad, próximas a la vegetación lacustre de las riberas. Tenían un largo, afilado y potente pico de pálida tonalidad rojiza. En alguna ocasión el caminante había contemplado cómo, con un brusco y veloz movimiento de cabeza, introducían el pico en el agua para capturar una incauta presa; pero lo normal era que, como también hacían las limícolas, lo introdujeran en la orilla para remover el fondo y alimentarse de lombrices, crustáceos, moluscos…
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