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En la tarde del martes 13 de noviembre, las lectoras del Club de lectura Ítaca, hemos tenido nuestro primer encuentro. Comenzamos con nuestras impresiones después de leer el libro Veinticuatro horas en la vida de una mujer, del escritor austríaco  Sthephan Zweig, y ha sido muy agradable y divertido compartir nuestro rato en torno a una novela tan interesante y recomendable.

Cada encuentro lo empezaremos con la lectura de un poema, con la sencilla intención de disfrutarlo, deteniéndonos en sus palabras, valorando su contenido y emoción. No lo comentaremos. Nos limitamos a sentirlo.

En esta ocasión inauguramos la propuesta con el poema Ítaca, de Constantin Cavafis, (Alejandría 1863-1933), inspirado en La odisea de Homero, interpretación metafórica del viaje vital y que da nombre a nuestro grupo lector:  

ÍTACA 

Cuando emprendas tu viaje a Ítaca 

pide que el camino sea largo, 

lleno de aventuras, lleno de experiencias. 

No temas a los lestrigones ni a los cíclopes

ni al colérico Poseidón, 

seres tales jamás hallarás en tu camino,

si tu pensar es elevado, si selecta 

es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.

Ni a los lestrigones ni a los cíclopes 

ni al salvaje Poseidón encontrarás,

si no los llevas dentro de tu alma,

si no los yergue tu alma ante ti.

Pide que el camino sea largo. 

Que muchas sean las mañanas de verano 

en que llegues -¡con qué placer y alegría!- 

a puertos nunca vistos antes.

Detente en los emporios de Fenicia

y hazte con hermosas mercancías,

nácar y coral, ámbar y ébano

y toda suerte de perfumes sensuales,

cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.

Ve a muchas ciudades egipcias

a aprender, a aprender de sus sabios.

Te siempre a Ítaca en tu mente.

Llegar allí es tu destino.

Mas no apresures nunca el viaje.

Mejor que dure muchos años

y atracar, viejo ya, en la isla,

enriquecido de cuanto ganaste en el camino

sin aguantar a que Ítaca te enriquezca.

Ítaca te brindó tan hermoso viaje.

Sin ella no habrías emprendido el camino.

Pero no tiene ya nada que darte.

Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.

Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,

entenderás ya qué significan las Ítacas.

Después, hemos probado a proponer otros títulos para la novela, con la idea de resaltar así los aspectos que más nos han llamado la atención en ella.

Ha sido divertido y enriquecedor escuchar las distintas aportaciones con las que constatamos nuestra coincidencia en la mayoría de intenciones del autor.

Hablamos de pérdida, crítica social, superficialidad, realismo, solidaridad, generosidad, adicción al juego, resaltamos la importancia del azar en nuestras vidas y decisiones, la dificultad de vivir con la mala conciencia arañando nuestro espíritu (así ocurre con la protagonista del libro), admiramos profundamente la capacidad descriptiva del autor, su habilidad para crear atmósferas en consonancia con la situación emocional de los personajes, ésta a veces es asfixiante, otras, salvadora.

Admiramos el compromiso y la honradez de Zweig con el entorno y todo ello lo comentamos con alegría, naturalidad y entrega.

Respondimos más tarde con mucho interés a las preguntas que el libro nos ha planteado y hasta lo hemos relacionado, por su tratamiento temático, personajes y estilo, y salvando las distancias temporales y contextuales,  con otros leídos por nosotras en otro momento. Así: Madam Bovary, Anna Karenina, Noches Blancas, Wherter, El jugador.

Tan llamativo como reconocible es el punto de partida de esta historia singular. 

Así leemos al principio de la narración, en la página 26:

Para quien se siente desasido de todo, la apasionada inquietud de los otros produce una sacudida en los nervios, como el teatro o la música.

Destacamos esta otra cita al final de la novela:

El tiempo posee una fuerza profunda y la vejez un poder singular para quitar intensidad a lo que sentimos. La vejez es dejar de sufrir por el pasado. (Página 99)

En definitiva, este autor nos ha interesado tanto, que posiblemente buscaremos otros libros suyos: El mundo de ayer (autobiográfico) y Carta de una desconocida, por ejemplo.

Nuestra próxima reunión será en diciembre, entonces comentaremos la novela, Matarun ruiseñor, de Harper Lee, una historia acerca de los prejuicios raciales, a través de la tranquila relación de un padre y sus dos hijos en el verano de un apacible pueblo del sur de los Estados Unidos.

Ojalá que nos guste tanto o más que ésta. Mientras tanto, la disfrutaremos poco a poco, leyéndola con calma y atención. Las tardes de invierno son estupendas para hacerlo.

Gracias a nuestro centro por el entorno y el material. 

Gracias a todas por las ganas y por la fabulosa acogida de la propuesta. 

Así da gusto.

fotogrupoitaca

Algunas de las componentes del Club de Lectura Ítaca, en la tarde del 13 de noviembre.

Lugar: Sala de Juntas del instituto La Janda.