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El otro día en clase de Lengua, hablamos con nuestra profesora sobre la manera en la que gestionamos nuestras emociones cuando nos equivocamos. ¿Qué es un error para nosotros? ¿Cómo lo afrontamos? Todas estas preguntas se plantean en el texto que leímos, titulado "Errores y extravíos" de la escritora y filóloga Irene Vallejo.

A continuación, la profesora nos pidió que reflexionáramos acerca de este tema, planteándonos la siguiente pregunta: ¿Crees que la sociedad nos prepara para asumir los errores y aprender de ellos?

Aquí está mi reflexión:

FALLAR A VECES ES UNA OPCIÓN

Hoy en día los errores no se aceptan con facilidad y se penalizan, en ocasiones en exceso. Las evaluaciones en los colegios a veces se enfocan más en los fallos que en los aprendizajes.

La mayoría de veces, el miedo ocasionado en nosotros nos paraliza y no nos permite intervenir en clase por miedo a la equivocación.

A pesar de frases típicas como "aprendemos de nuestros errores" o "no te importe tropezar dos veces con la misma piedra", no aceptamos con facilidad nuestras derrotas. Normalmente no tendemos a revisar el error para extraer el aprendizaje que viene con esa experiencia; lo que solemos hacer es frustrarnos  o al menos en mi caso, pues soy una persona bastante ambiciosa y perfeccionista en todos los aspectos de mi vida, ya que me gusta dar lo máximo y extraer lo mejor.

 Esta actitud no siempre es buena, pues debemos comprender que la medida de la perfección en el aprendizaje es algo ficticio; no existe, nadie es perfecto por mucho que queramos serlo. Por todo ello, es importante darle un valor a los errores cuando estamos aprendiendo, sin la necesidad de penalizarlos demasiado. sacando la enseñanza que traen consigo. De este modo, minimizaremos la frustración cuando nos enfrentemos a un reto importante.

Es fundamental tener gente que te recuerde que aunque te equivoques, no debes tomártelo a mal, ya sé que esto que digo no es nada fácil, pero lo que debemos hacer es tener una actitud positiva, ser constantes y tener alta nuestra autoestima.

Normalmente la sociedad nos exige mucho y no deja que nos equivoquemos, aprenderás a base de lecciones que te darás tú mismo/a tras caerte en diversas ocasiones. Pero aún así nunca debemos identificar a nuestra persona con el error que cometemos, ya que no tiene nada que ver una cosa con la otra, "ser" y "hacer" son dos verbos completamente distintos.

Como conclusión, he de recomendar que hay que aprender a gestionar las emociones de la mejor manera posible, por experiencia sé que esto no es fácil, pero si realmente queremos cambiar la visión del error en la sociedad y normalizarlo, el primer paso que debemos dar es  este.

BLANCA MUÑOZ FLOR, 1º BACH C