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Después de trabajar en clase de Lengua el artículo de Irene Vallejo, La balada del gallo triste, donde se analizan las causas, consecuencias y distintas actitudes que enmarcan las situaciones de acoso, compartimos desde aquí, aprovechando la cercanía del DÍA MUNDIAL CONTRA LA VIOLENCIA Y EL ACOSO ESCOLAR, algunas reflexiones de parte del alumnado de 1º de Bachillerato.

EL ACOSO

El acoso es una situación que, por desgracia, actualmente afecta a millones de personas ya sea en el colegio, en el trabajo o a través de las redes sociales.

En primer lugar, el acoso causa un grave daño emocional y psicológico a las personas que lo sufren. Estas víctimas pueden experimentar depresión, trastornos alimenticios, baja autoestima e incluso pensamientos suicidas.

Además, tiene consecuencias negativas en el ámbito académico ya que a menudo los niños/adolescentes acosados sufren dificultades para concentrarse. En el ámbito laboral también existiría esa dificultad para realizar el trabajo de manera efectiva.

Y lo que encuentro más preocupante es que el acoso en muchos casos está ligado a la discriminación y la exclusión social. Las víctimas suelen ser acosadas por su apariencia, orientación sexual o incluso por padecer alguna discapacidad.

En conclusión, es importante entender que el acoso no es solo un problema individual sino un problema social al que hay que abordar con seriedad y tomando medidas para prevenirlo ya que solo así podremos vivir en un mundo sin sentir miedo o discriminación.

MARÍA OLIVA PÉREZ SERVÁN 1ºBACH C/D

 

El acoso

El acoso es en la actualidad un concepto muy repetido en los colegios e institutos, ya que normalmente suelen ser los lugares donde más diversidad se encuentra.

Cuando alguien habla de acoso, la reacción más común que te encuentras en las demás personas siempre es la lástima, todo el mundo siente lástima por el pobre chico o chica que lo sufre y siempre comentan que si ellos estuvieran delante del acosador lo enfrentarían, defendiendo al más débil. Pero, ¿cuántas de estas personas crees que lo harían de verdad? Seguro que muy pocas o casi ninguna.

Desde siempre las personas tenemos la necesidad de encajar, ya sea por miedo, celos o simplemente por preferencia, y si poder encajar significa tener que unirte al acosador y a su juego de rechazo lo hacemos o tendemos a hacerlo. Y si no nos unimos a él, simplemente ignoramos el problema, porque “No nos perjudica a nosotros”.

Sinceramente creo que este tipo de actitudes puede llegar a empeorar el problema y conseguir que sufran personas nuevas, ya que, si no se hace nada contra el repetido ataque, solo se hace más grande y difícil de solucionar en el futuro.

En mi opinión, lo correcto en estas situaciones es contarle el problema a un adulto. Y si el problema ya ha sido mencionado anteriormente y no se ha conseguido nada, creo que lo necesario sería plantarle cara al acosador y defender a la víctima, pero de verdad.

LEYRE RAMOS VEGA, 1º BACH CD

 

Gritar contra el silencio:

La dura realidad del acoso escolar

El acoso escolar no es algo nuevo, es un longevo problema que afecta a los estudiantes desde hace ya muchos años. Algo ignorado por muchos, es que los niños y adolescentes tienden a ser crueles y violentos con los compañeros que consideran los más “débiles” o que simplemente “desentonan” en el grupo.

Estos comportamientos de “jerarquía social” se dan por naturaleza, por instinto o por el deseo de ser la autoridad en el grupo de convivencia. Sea como sea, el acoso es una guerra con la que se lidia día a día y en la que la mayoría de las veces, los espectadores actúan como tales, solo se quedan ahí, parados, mirando, o por el contrario riéndose, pero lo que es seguro es que no hacen nada y tengo la certeza de que es por miedo a ser el siguiente foco de violencia para aquellos viles abusadores.

Por otro lado, si posees la valentía y el coraje para hacerles frente, aunque estamos educados para aplaudir este comportamiento, siempre acaba en burla y se aísla a la persona que defiende a la víctima, convirtiéndose por consiguiente en otra “presa fácil” para el acosador.

En relación a los docentes, figuras de autoridad y respeto que se supone que deberían de detectar esta violencia tienden a exagerar, equivocarse de víctima, o muchas veces, espero que por engaño, creen las mentiras de los abusadores. Entiendo que, para los profesores, no sea algo fácil darse cuenta de lo que sucede en el aula respecto a su convivencia, pero hay señales muy obvias que te hacen saber cuándo alguien está siendo acosado en mayor o menor medida: las risas, objetos que se “esfuman”, el aislamiento social, el miedo o la tristeza que refleja esa persona en su rostro…

Para las víctimas, llegar a clase es un infierno, una tortura constante, rodeada de gente que por la mínima cosa se pone a la defensiva contigo o te señalan y se rien por hacer algo mal, tratado como un bufón, un payaso de circo, una marioneta utilizada para el retorcido concepto de diversión que tienen esos maquiavélicos abusones, una simple mosca a la que creen poder aplastar con la mano.

En mi opinión, la actitud correcta sería alzar la voz, gritar contra las injusticias, responder a las burlas, no quedarte callado/a y sobre todo buscar ayuda de compañeros y a poder ser, de los profesores, aunque muchas veces, desde mi punto de vista y debido a su posición de adultos responsables no es que nos hagan mucho caso o simplemente piensan que es una tontería.

En cuanto a los ya citados anteriormente espectadores, dejad de mirar, soltad las cadenas del miedo y pensad por vosotros mismos por primera vez en vuestras vidas, apartaos del instinto de rebaño para protegeros y proteged a los que de verdad lo necesitan, no necesariamente tienes que hacerte su amigo o llevarte bien con esa persona, sólo haz algo para sacarla del pozo negro donde está sumergida.

A los abusadores, la verdad es que lo único que tengo que decir es que, si se comportan así con los demás, no me imagino cómo deben de ser tratados ellos en su propia casa, porque en realidad, muchas veces, los victimarios también son víctimas que intentan sobrevivir en ese círculo vicioso de maltrato, en su cabeza, necesitan violentar para no ser violentados.

YAIZA GILABERT TELLO, 1º BACH CD

 

HORMIGAS

El acoso como origen del mal y del bien o como diría el filósofo Rousseau ‘el ser humano nace bueno, pero la sociedad es lo que lo destruye. Ante estas situaciones, contamos con una manada de lobos dónde uno es el líder y los demás son sus seguidores. Estos pertenecen a este bando por poder o simplemente por temor. Se empeñan en una presa a la que cazar ¡Cómo auténticos animales! Pero… ¿Y si esa presa somos nosotros mismos?

La sociedad es muy injusta ante estas situaciones, a todos nos gusta que nos protejan, pero cuando el tema no va con nosotros decidimos que lo mejor es mirar hacia un lado.

De esta manera nunca solucionaremos este gran problema, dejar el egoísmo, este que tanto daño causa en la sociedad, llenarnos de valentía y hacerles frente a estas situaciones. ¡Esto sí es correcto!

Cambiemos nuestra forma de ver el mundo, seamos empáticos con el resto, los trataremos como a nosotros nos gustaría que nos tratasen y que ese lobo sea devorado por miles de hormigas, que es un animal con gran fuerza.

Concretamente ante el acoso pensemos que el que lo sufre somos uno mismo, el vacío interior de esa persona es incalculable y TÚ puedes ser su apoyo y su luz para salir de esa soledad que hunde enormemente.

MARÍA RODRÍGUEZ GIL, 1º BACH C.

 

LA CRUELDAD INFANTIL

Desafortunadamente, hoy en día el acoso está presente en la vida de muchas personas. Se trata de hacerle saber a otra persona que es inferior al resto por el simple hecho de tener alguna particularidad.

Aunque hay varios tipos de acoso, el más común es en el colegio. Opino que muchos niños son muy crueles y se dedican a menospreciar a los demás. Y de acuerdo con el artículo de Irene Vallejo, La balada del gallo triste, hay dos bandos: el bando del acosador y el bando del acosado. No me parece nada justo que las personas sean egoístas y en vez de apoyar a la persona acosada, la hundan más poniéndose de parte de los agresores para que a ellos no les pase nada.

Otro tipo de acoso es, por ejemplo, el “cyber bullying”. Considero que este acoso deriva del anterior. Los niños acosan a otros en el colegio, pero cuando salen siguen acosándolos en sus casas con mensajes de texto e incluso publicando imágenes íntimas y/o comprometidas. Por eso es muy importante saber que las tecnologías no son para todas las edades porque repetidas veces se utilizan de manera irresponsable.

Por eso, respecto a cuál considero que es la actitud correcta, opino que siempre debemos apoyar a las personas acosadas sin importar el motivo. Esas personas necesitan dicho apoyo más que nunca y no deben sentirse solas puesto que hay casos en los que por sentir que no tienen a nadie han acabado con su vida. Los padres también deben educar a sus hijos en el respeto y la educación y nunca permitir esas acciones, porque, al fin y al cabo, los niños imitan lo que ven.

MARÍA CASTRO ROMERO, 1º BACH CD

 

EL GRAN PASO

La mayoría de las personas piensan que no interviniendo en esas situaciones no pasará nada, ya que tienen miedo de acabar en esa misma situación, pero no es seguro que no acabe siendo acosado, simplemente huyendo de la situación. No interferir por miedo, pensando que así no le sucederá a él, es solo una ilusión ya que el acoso es una enfermedad que se va contagiando y muy pocos intentan parar que suceda más acoso. Para ello debemos enfrentarnos a los acosadores e impedir que se siga extendiendo el acoso. Por ello debemos ser valientes para dar un paso adelante y llenarnos de valor para hacerles frente e impedir más casos. Debemos unirnos para enfrentar la gran dificultad que es dar el primer paso y enfrentarte a tus miedos o temores, sobre todo para las personas que lo han sufrido, para ellos es muy duro el tener que enfrentarse a sus acosadores porque toda esa agresión les puede generar traumas y miedos. Pero por eso mismo no podemos rendirnos y debemos perseverar ante las dificultades nunca dándonos por vencidos.! ¡Hay que perseverar!

La actitud correcta es perseverar ante esta dificultad que ha hecho sufrir a tanta gente y dar el paso llenándonos de valor para luchar contra los acosadores. A pesar de ser una minoría las personas que deciden luchar contra estos, que son un gran número. Al igual que los espartanos somos una minoría que se rebela contra la mayoría en una dura lucha para para que otras personas no sufran.

RAÚL CALLADO HERRERA, 1º BACH C